martes, 6 de agosto de 2013

Estudiando Bòbila Madurell-Mas Durán Visita al CEPAP

Estos días, bajo un calor de justicia, hemos tenido el placer de poder visitar el laboratorio del CEPAP (Centre d'Estudis del Patrimoni Arqueològic de la Prehistòria) situado en la Universitat Autònoma de Barcelona.

Gracias a la amabilidad de los investigadores que allí trabajan hemos podido revisar y fotografiar los materiales, así como escanear en 3D los núcleos de sílex melado allí depositados. Las personas responsables, el Dr. Rafael Mora y la Dra. Paloma González, nos han abierto las puertas de su laboratorio para poder realizar este trabajo en las mejores condiciones.

Xavier Plasencia que está elaborando su tesis doctoral sobre las estructuras y los materiales del neolítico medio y final que aparecieron en este sector ha sido de enorme ayuda. Gracias a su trabajo previo ha sido enormemente sencillo poder ver todo el material que nos interesaba. Esperamos con gran entusiasmo sus resultados.

Desde esta plataforma les damos a todos ellos y ellas un millón de gracias.

En el CEPAP, Javier Plasencia (de azul) ayudándonos a buscar la adscripción cronológica de las estructuras del sector de Mas Durán de la Bòbila Madurell 


  Millán Mozota por su parte, escaneando en 3D los núcleos de sílex melado...
ya quedan pocos Millán!!!




Unos días más tarde con Jordi Roig visitamos el CEPAP para consultar los magníficos recipientes cerámicos que aparecieron en el sector de Bòbila Madurell-Mas Durán y compartir con Xavier Plasencia mil y un comentarios y experiencias sobre este yacimiento, Can Gambús 1 (del que Jordi Roig es el director) y del neolítico en general.


viernes, 2 de agosto de 2013

Reconstruyendo el Espacio del Complejo Bòbila Madurell-Can Gambús

Gerard Remoulins está trabajando sobre la reconstrucción del espacio ocupado por el complejo arqueológico de la Bòbila Madurell-Can Gambús.

Nos envía unas líneas sobre su investigación. Los datos que aporte nos permitirá tener una imagen de cómo era el lugar que ocuparon aquellas comunidades neolíticas.

La complejidad del pasado no puede ser abordada únicamente a partir de las evidencias materiales recuperadas durante una excavación. Debemos tener en cuenta que no todos los restos han resistido al paso del tiempo, y por tanto la muestra de que dispone el investigador es una mera aproximación al fenómeno real. Además, las reiteradas y sucesivas ocupaciones de los yacimientos los han convertido en verdaderos palimpsestos difíciles de estudiar. 

De hecho, dentro del espacio arqueológico, el desorden percibido en la distribución de los restos puede parecer fortuito, pero en realidad la posición y disposición de cada elemento es el resultado de las acciones antrópicas y de los procesos naturales que se han sucedido en ese entorno a lo largo del tiempo. Analizar minuciosamente la ubicación espacial de los diferentes tipos de evidencias arqueológicas ha de permitir a los investigadores establecer la relación causal entre la distribución del material observado y la acción social intangible que la generó, aportando finalmente datos para inferir en la interpretación arqueológica.

En este sentido, el estudio pluridisciplinar de las sepulturas de Bòbila Madurell-Can Gambús ofrece un marco inigualable, tanto por la calidad como por la cantidad de datos, para inserir la geoestadística como forma de estudio y tratar, desde una óptica micro y meso espacial, el análisis de la incertidumbre y elementos de estadística descriptiva. En este sentido, la creación de un Sistema de Información Geográfico (SIG) permite adquirir, registrar, visualizar, combinar y analizar las evidencias arqueológicas georeferenciadas. ´


El SIG posibilita relacionar datos de diversa índole con una referencia geográfica común para desarrollar un análisis de lógica espacial con una mayor aproximación probabilista. Se propone analizar la lógica espacial de dos necrópolis particularmente significativas por el número de sepulturas y la calidad de la información: la Bòbila Madurell-Can Gambús. La finalidad es obtener una mayor fiabilidad estadística de los patrones y los modelos de distribución mediante análisis exploratorios y geoestadísticos.

Los análisis geoestadísticos que se llevan a cabo discurren en tres niveles de concreción. 


En el estadio macroespacial se estudia la distribución de los yacimientos dentro del contexto paisajístico valorando datos topográficos, medioambientales, geológicos… para detectar pautas de organización territorial. 

En un siguiente nivel, el mesoespacial, el análisis se lleva a cabo dentro del propio yacimiento comparando la distribución de las diferentes estructuras que lo conforman. 

Finalmente, en el nivel microespacial se analiza, siempre que sea posible, la distribución y organización de elementos muebles dentro de las propias estructuras como por ejemplo el ajuar en los enterramientos.



Foto de la Bòbila Madurell-Can Gambús cedida amablemente por el Ajuntament de Sant Quirze del Vallès 



No obstante, para realizar este estudio, antes se deben superar numerosos escollos que condicionan la metodología y el proceso de demostración de las hipótesis que se planteen. Las sucesivas intervenciones arqueológicas realizadas en el yacimiento de Bòbila Madurell-Can Gambús a lo largo de los años han sido realizadas por diferentes y numerosos equipos de investigación y empresas especializadas. Esto ha provocado una heterogeneidad a los datos recuperados, algunos de los cuales nunca han sido publicados. 

La documentación existente de cada campaña arqueológica, así como el estado de conservación de los restos es muy dispar, afectando de forma significativa al estudio posterior. Un claro ejemplo, son la multitud de planimetrías existentes y necesarias para el análisis espacial. Ninguna de ellas recoge en su totalidad las estructuras documentadas. 

A este hecho se le debe añadir que la zona de Bòbila Madurell-Can Gambús ha sufrido numerosos movimientos de tierra por la presión urbanística. Actualmente, el espacio presenta una apariencia totalmente diferente a la de hace unas décadas, por lo tanto, no se parece ya en nada al territorio real que acogió a esas primeras comunidades agropecuarias. Se hace evidente la necesidad de reconstruir con el máximo rigor posible, a partir de planimetrías antiguas, fotografías aéreas, etc. la topografía original de la zona para realizar correctamente el estudio.

Dicho análisis se realiza desde una vertiente teórica y una implementación metodológica que implica el uso de los SIG para adquirir, registrar, gestionar, visualizar, combinar y analizar las distintas evidencias arqueológicas con contenido espacial. Todos los datos topográficos y arqueológicos extraídos de antiguos informes, publicaciones y de las más recientes analíticas son digitalizados y georeferenciados

Esto permite, en un segundo término, crear una base de datos geográfica que integra tanto información cualitativa como cuantitativa. El SIG posibilita poner en relación datos de diversa índole con una referencia geográfica común para realizar análisis de lógica espacial, según la funcionalidad de las estructuras, con una mayor aproximación estadística. En este sentido, se entiende por lógica espacial el conjunto de pautas sociales, económicas, simbólicas, etc. que explican la elección de un emplazamiento o un determinado comportamiento espacial. 

A tal efecto, en el presente estudio se han elegido aquellas variables que pueden ser analizadas a partir del sistema real actual, esto requiere que las alteraciones producidas desde el V milenio cal. BC hasta la actualidad no sean abismales ya que imposibilitarían la extrapolación de los datos.

La utilidad del estudio geoestadístico de la necrópolis de Bòbila Madurell-Can Gambús no sólo consiste en responder a las diferentes problemáticas que se planteen, también debe permitir definir una metodología, que integre diversos datos y técnicas, transferible a otros casos de estudio. Igualmente, este trabajo debe permitir realizar mapas temáticos de la necrópolis exponiendo de forma clara diferentes tipos de información.